viernes, 10 de febrero de 2017

La vida amarga

Sporting 2 - Alavés 4

 La vida es una sucesión de experiencias casi todas equivocadas, ciertamente, pero de imposible escamoteo, irreversibles. Todo hubiera podido ser más amable, menos amargo, más liso...¡claro! Pero ante lo hecho, las posibilidades concebibles son una pura ilusión del espíritu.

                                                                                                                       Josep Pla, La vida amarga

¿Cuándo se empezó a joder el Sporting? Como Zavalita con el Perú, así nos preguntamos nosotros por nuestro equipo del alma. Nos hacemos esta pregunta cada vez que termina uno de los partidos de esta liga amarga. Porque amargos son los domingos, o los sábados, como amarga es la vida cuando nos acordamos de lo que le pasa a este equipo nuestro. 

Está claro que debió de ser hace ya bastante tiempo, pero tuvimos ese paréntesis gozoso de las dos temporadas en las que, sin poder fichar, jugando con los chavales de la casa, lo pasamos realmente bien. No jugaríamos como los ángeles, pero los nuestros corrían y se comían la hierba con un entusiasmo que, recordado hoy, dan ganas de echarse a llorar.

No creo que sea cosa de los entrenadores, de la plantilla actual, del capellán que entraba a rezar en el vestuario antes de cada partido. Los jugadores que se van, unos lo hacen mejor que otros: los que aquí rindieron, hoy no cuentan en sus nuevos equipos, y los que no parecían gran cosa, son pilares importantes en lejanas ligas. No sé. Con los entrenadores pasa un poco lo mismo. De manera que no sé cuándo se empezó a joder el Sporting, cuando se empezaron a hacer las cosas rematadamente mal. El caso es que el Sporting se jodió, y a conciencia. Qué envidia da ver a equipos como este Alavés que pasó por El Molinón con una suficiencia exagerada. Ganó cómo y cuándo quiso. Un equipo construido frente a un equipo en ruinas... El Alavés, el Eibar, Las Palmas, el mismísimo Leganés, tan modesto pero con cinco puntos más que no creo yo que seamos capaces de recortárselos (¡y ojalá me equivoque!). Qué envidia nos da verlos jugar, no solo mirar su cómoda situación en la tabla. ¿Por qué no sabemos hacer las cosas como las han hecho ellos? ¿Qué es lo que falta en la orilla del Piles? Yo no lo sé. Dicen que los directivos. No sería raro. Pero no lo sé. Lo único que veo, cada uno de los partidos de todas estas últimas temporadas, es cómo se desmorona un equipo, sin remisión ni remedio. Cada partido es una herida que nos abre las carnes, una desilusión mayúscula, una enorme tristeza... Jugando así, qué amarga es la vida para el hincha del Sporting...


www.asturias.eldesmarque.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario