domingo, 2 de octubre de 2016

Problemas circulatorios

Deportivo de la Coruña 2 - Sporting 1

Debido a la importancia que tienen el sistema circulatorio, y en especial el corazón, cualquier alteración en su forma o función, provoca trastornos circulatorios y como consecuencia daña la función de los tejidos vitales.
Enciclopedia de las enfermedades

Por lo que se ve, los tres primeros partidos de nuestro equipo fueron un espejismo. Escribimos entonces que parecía que esta temporada el equipo había aprendido a combinar. Pues bien, tras los cuatro últimos se ve que no es así. 

Dejando a un lado al Atlético y al Barça, que es lógico que te pasen por encima, los partidos contra el Celta y el Coruña han revelado una verdad amarga: a este equipo nuestro le cuesta un mundo pasarse el balón, tenerlo un rato, crear alguna ocasión. Parece ser que alguien del equipo técnico ha dicho que hay este año mejores jugadores que en los cursos pasados. Puede ser. Sin embargo, si no les pasas el balón, si no les das el oxígeno necesario, de poco nos van a servir. Por tanto, tendremos mejores jugadores, pero no está nada claro que haya un equipo mejor que aquellos.

Se pareció bastante el partido de ayer al jugado hace unas semanas en Vigo. Galicia no se habrá llevado buena impresión. A pesar del resultado, idéntico y estrecho en ambos, el juego no ha podido ser peor.

Igual que en Vigo, el Sporting se mostró muy torpe. Hubo jugadas que no parecían propias de jugadores de Primera División. Tan solo nos sostuvieron los defensas centrales y Cuéllar, que hizo varias paradas de enorme mérito. Tal vez haya esqueleto, pero los problemas de circulación son graves. Y eso que el Coruña, como el Celta, no demostró gran cosa. Son esos dos, hoy, equipos ramplones, sin demasiado ritmo, sostenidos por dos o tres poetas que sí saben retener un balón, pasárselo a un compañero en buenas condiciones, combinar un ratito para desordenar al contrario. Eso, ya queda dicho, es, también hoy, bastante más de lo que se puede decir del Sporting.

En Riazor, fue el nuestro un equipo sin capacidad para jugar. Apenas tuvimos el balón. El balón casi siempre lo tenían los otros. Así llegaron saques de esquina sin cuento, y faltas laterales, y jugadas por aquí y por allá... Es fácil de entender: si el balón no lo tienes tú, lo tiene el adversario; si el balón no lo tienes tú, es como si tuvieses la boca cerrada. Así es imposible morder a nadie. Si el balón lo tiene todo el tiempo el contrario, es como si anduviese por el campo con la boca abierta. Eso supone que te puede dar un mordisco en cuanto te despistes. 

Básicamente eso fue lo que sucedió en Riazor. Nos marcaron un gol en una de esas faltas; empatamos milagrosamente en un córner; y nos ganaron, literalmente en el último segundo, con un tiro desde fuera del área. No fue injusto en absoluto. Claro que ese último disparo podría haberse ido fuera, o menos ajustado... Claro que todo podría haber sido de otro modo. En realidad estuvo muy cerca de suceder de otro modo. Pero si, tras empatar, dejas que el balón lo tenga todo el tiempo tu enemigo, si no eres capaz de cerrarle la boca un rato, al final te va a dar un grito, o un mordisco muy doloroso, y te va a dejar como los zorros...

Y eso fue lo que pasó.

PD. Dice Abelardo que ahora tiene dos semansa para mejorar las cosas y que queda mucha liga por delante. Tiene razón. El fútbol, ya se ha comentado aquí, tiene la naturaleza de una veleta, y si hoy gira en una dirección, mañana puede que gire en la contraria. 


No es del partido de ayer, pero así es como andamos...
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